Un evento inesperado, amenazante y gigante que arroparía nuestra isla del Encanto; Puerto Rico, eso fué «María».
Desde el primer momento la posibilidad me provocó emociones que hace tiempo no sentía. Asombro, incredulidad, temor, vulnerabilidad; sí, esos afloraron como reacción involuntaria.
Tan pronto sentimos su embate, fuertes ráfagas de viento y lluvia abundante desde todas direcciones; me sorprendió la ansiedad; luego la desesperación por que ya terminara. Tuve que poner mi mejor esfuerzo para respirar y mantener pensamientos tranquilizadores.
La experiencia fué larga y tendida como decimos los puertorriqueños….
Terminó el azote; pero comenzó lo anunciado, aquello que personalmente no creía podría suceder. Hasta regañé a personas allegadas por pensar catastróficamente respeto a las probabilidades de falta de luz eléctrica en el 100% de la isla. También se cumplió el pronóstico de falta de agua y líneas extensas para conseguir todo suministro; incluso virus y bacterias amenazaron la salud de seres queridos.
Todavía confío y prefiero el pronóstico más optimista respecto a cuando regresará la luz en pueblos fuera del área metropolitana; aunque esté pecando de poco realista…
Ante todo esto, es que siento que hemos recibido la oportunidad de ver en cada solución o estrategia de afrontamiento los regalos de María…
Repasemos como ante estas dificultades nos hemos unido, reconectado, colaborado, asistido, alimentado, abrazado, escuchado y esforzado desde, durante y después de «María»…!
A oscuras la Luna nos ha iluminado, nos ha dirigido, nos ha inspirado y recordado que las mayores riquezas son gratis. Esas que con solo prescenciarlas te hacen sentir que se paralizó el tiempo; esas las volvimos a experimentar. Hemos recordado que podemos nutrir nuestra luz interna cuando no hay tantos distractores de tecnología.
«María» me regaló un recordatorio sobre la vulnerabilidad, sentirme ViVa por cada emoción, me regaló el sentido de urgencia y de protección, aunque haya sido provocado por sentirnos aterrados…
La mayoría Estamos vivos… honrando a los que ya no lo están.
María nos regaló mejor consciencia de lo escencial, de lo dispensable, de la necesidad, a ser más empáticos, más agradecidos y a esperanzarnos con que la normalidad que esperamos No Sea igual de individualista comoen el pasado.
Ha sido un regalo la unidad familiar y ver a los niños jugar con sus siempre vecinos, pero nuevos amigos.
Despertar agradecidos con la salida del Sol y acostarnos con solo el resplandor espectacular de la Luna.
En cada fila, en cada noticia, en cada paisaje, en cada paciente atendido, puedo percibir diversas secuelas o rastros del huracán…aún así; siempre mencionan los regalos y bendiciones que les dejó la inolvidable María…
Conseguir ver lo menos desagradable dentro de la situación, te proteje de la condición adversa; es una buena señal de tu capacidad resiliente. Tener lentes realistas pero optimistas para ver cada situación que enfrentas en el día, te auguran menos arrugas y malos ratos. Esta tendencia autoprotectora te aleja de la desesperanza que antecede a la depresión y pensamientos suicidas.
Te invito a recibir y desenvolver cada uno de los regalos, igual que en fechas especiales. Posiblemente los recibas con incertidumbre por no saber lo que traerán; pero con la mejor expectativa.
Si no te gusta, acéptalo con propósito o descártalo aspirando a que el próximo Si te haga sentir mejor!!
#HuracánMaría
#Maríatienealgoparatí
#PuertoRico
#ResilienciaBoricua